lunes, 13 de febrero de 2012

LA DANZA EN EL RENACIMIENTO-CAPITULO II -"Thoinot Arbeau" (Dijon 1519-1595)


LA DANZA EN EL RENACIMIENTO: II - THOINOT ARBEAU (Dijon 1519-1595)

Quien fue Thoinot Arbeau? os preguntaréis algunos.

Hay grandes personajes que no son muy conocidos por todo el mundo a pesar de reunir todos los méritos para ello. Yo amo a este personaje, me fascina, reconozco en él una gran valentía y libertad impresionantes, me encantaría haber podido conocerle. Si, ya se que me repito en este sentido, que también lo he dicho de otros personajes, pero es que en esta época hay tantos y tan interesantes y con tantos méritos que desearía haberlos conocido y tenido el privilegio de departir con ellos y aprendido de sus propias fuentes.
Ellos son mis amigos: desde mis entrañables Leonin y Perotin, hasta el que hoy os muestro, pasando por el enigmático Josquin des Pres, con esa elegancia… y por el gran Dufay inteligente y sencillo a la vez , sin olvidar a mi compatriota Juan del Encina, caballero serio , recio castellano, inteligente hombre, gran poeta y gran músico. Yo los he observado y los he adoptado como mis amigos, me encantan, los admiro tanto…
Lo primero que se hace es presentar a los amigos, bien, pues aquí os presento a JEAN TABOUROT. Es el autor del primer libro y posiblemente el mejor de su tiempo sobre danzas: “LA ORCHESOGRAPHIE” escrita en Francia en 1588 con el seudónimo de THOINOT ARBEAU.

Hasta entonces no se había escrito nada sobre la evolución de la danza ni su historia ni descripción alguna ya que, como hemos visto en otros apartados, el saber y la ciencia estaba en los monasterios y difícilmente los monjes se prestaran a escribir sobre ello ya que las danzas eran poco menos que pecaminosas o en el mejor de los casos no se tenían en cuenta como parte de la cultura.

Las danzas de palacio tampoco eran consideradas como danzas propiamente dichas porque en realidad eran formas severas, procesionales, de auténtico protocolo de los cortesanos ante los reyes, hasta los obispos participaban en ellas. Desde la secularización de la música es cuando sale de las manos de los eruditos monjes para pasar a la cultura del pueblo llano.
Bien, pues ahora viene una pequeña sorpresa...Jean Tabourot era sacerdote, sí, este señor tuvo la valentía de escribir un tratado sobre la danza y, como dije antes, aun todavía es el mejor tratado sobre la danza de su tiempo. Entenderéis ahora por qué le tengo una especial admiración. Ya me imagino el campanazo que debió ser el hecho de que un sacerdote notable hiciera un trabajo como ese, debió ser muy fuerte, como se dice hoy dia…Me imagino los comentarios de la gente principal entre divertidos y sorprendidos, pasando por sentimientos de incluso admiración por tan grande acontecimiento un tanto escandaloso quizás. Me divierte pensar en ello, se le “cruzarían los cables” a más de uno, ¡¡genial!!.
En esos tiempos había que andar con mucho cuidado porque a poco que te salieras de lo establecido ya te habían tachado poco menos que de impío y eso os aseguro que no traía buenas consecuencias y menos siendo clérigo. Dicen que se ocupó de las danzas porque una de las cosas que más le gustaba en su juventud era danzar.
En la “Orchesògraphie” podemos ver las danzas que estaban al uso en esos tiempos, tanto las de origen severo y cortesano como las que se adoptan del pueblo llano, sus coreografías, los pasos bien descritos e incluso dibujos de cómo danzarlas, y hasta unas indicaciones al margen izquierdo de la página sobre la línea melódica de dicha danza. Es verdaderamente una joya de incalculable valor, a mi me fascina y hasta me emociona saber de estos hombres que dedicaron mucho de sus vidas a elaborar trabajos tan notables.
He tenido oportunidad de tener en mis manos y poseer copias de fragmentos de la “Orchesògraphie” y es algo delicioso ya que te encuentras ante un estudio serio y muy completo sobre las danzas , pero no puedes evitar a veces alguna amorosa sonrisa cuando hace comentarios licenciosos sobre algunas de las danzas, porque no hay que olvidar que era sacerdote y naturalmente él veía que algunas formas de danzar eran un poco salidas de tono, claro está que hoy dia nos parecen que las podrían danzar las propias Hermanas Ursulinas, pero en aquellos tiempos a un clérigo le parecían claramente eróticas aunque, en honor a verdad, algunas tienen su punto pícaro…el alma humana es siempre la misma no iban a ser menos esos jóvenes del siglo XVI. Ya iré describiendo pasajes de su libro al ir presentado y viendo algunas de las danzas, porque son muy interesantes sus apreciaciones y comentarios.
El perfeccionamiento de la imprenta y la calidad de los editores supuso una rápida difusión de los libros y así también, en este caso, la difusión de las danzas ya fijadas, y a partir de ahí empezó un mundo nuevo que se iría abriendo a las formas musicales propias de la danza y a la proliferación de autores musicales que escribieran músicas para danzar.
Hay que destacar otro aspecto de gran importancia para la danza y es que a partir de este valiosísimo trabajo de Arbeau no solo se escribe música exclusiva para la danza sino que los autores van reuniendo, clasificando, digamos que contrastando diferentes danzas de una forma estética y equilibrada, hecho que da lugar al nacimiento de lo que llamamos “suite” , es decir una serie de danzas que se interpretan siempre en el mismo orden y van alternando formas de “baja danza” tranquilas, ceremoniosas, procesionales, con otras mas dinámicas como la “alta danza”, mucho más divertidas y propias de la juventud , esas que tanto le gustaban a Arbeau cuando era un muchacho todavía seglar.
Posteriormente la “suite” se convertirá en una forma musical propiamente dicha la cual se creará para su audición, sin ser bailada.

MARIA DOLORES VELASCO

"La prodigiosa aventura del sonido" está registrada en el Registro de la Propiedad Intelectual de Madrid - año 2006





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